alegría espiritual

La alegria no es una consecuencia secundaria o accesoria al Evangelio. El gozo espiritual es signo de la presencia del Espíritu Santo y es un anticipo del cielo, la alegría plena que ya experimentamos en la tierra cada vez que expresamos nuestro amor fraterno en obras concretas y sobre todo en los sacramentos, del cual destaca la Eucaristía que es sacramento del amor de Dios. La alegría verdadera, tal como la paz, no consiste en la ausencia de dificultades, sino en su permanencia ante ellas. Permanecer es más que apegarse; es fidelidad nacida del amor profundo y maduro.
¿Quieres alegría verdadera? Profundiza en la Palabra de Dios y en tu relación personal con Él.


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