Lumen Fidei.

En el momento de la dificultad o la crisis, tengamos en mente a aquellos primeros discípulos en la Iglesia que, a causa de que fueron perseguidos, se dispersaron por diversos lugares (Hch 8, 1) y aprovecharon el estar allí para predicar el Evangelio y llenar de alegría aquellos lugares que no tenian previsto visitar (Hch 8, 8). Con Dios es realmente cierto aquel refrán que dice «Dios sabe sacar el bien incluso del mal». Para entrar en esa lógica del actuar de Dios en la adversidad, se necesita tener fe, porque «la luz de la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lámpara, guía nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar» (Lumen Fidei, 57).

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